La Balsa Muisca

          Por Joey Utomo

          Los pueblos indígenas son a menudo considerados no muy sofisticados o civilizados, pero nada podría estar más lejos de la verdad. En realidad, con respecto al arte, muchos de estos artesanos indígenas eran más hábiles en técnicas antiguas que lo que podríamos entender. Estos pueblos crearon obras magníficas con tela, piedra,  e incluso metales preciosos. Una civilización en particular que es muy conocida por sus intrincadas obras de oro es la civilización muisca, que vivía en las llanuras andinas en el este de Colombia desde el siglo VII hasta ahora.

          Una de sus obras más famosas es la Balsa Muisca, mostrada aquí. Fue descubierta en una cueva cerca de Bogotá, la capital de Colombia, y es probable que esta obra fuera un tunjo, o una ofrenda a los dioses. El sol era el dios más importante de los muiscas, algo reflejado en su fascinación por el oro. Esta obra representa una ceremonia muisca en la que el líder (o “zipa”) del pueblo cubriría su cuerpo en polvo de oro, saldría a un lago, y saltaría como un símbolo de la limpieza de él. La Balsa contiene once personajes esculpidos, cada uno con sus propios brazos, piernas, ojos, nariz, y orejas—todos creados del alambre de oro. Son de tres tallas diferentes, sugiriendo tres clases diferentes. En los lados de la balsa hay seis personajes sin accesorios y con ropa más simple. Tal vez estas personas estaban en una clase baja, y simplemente estaban remando para el zipa. Hay dos personajes más grandes cerca del frente de la balsa, llevando máscaras y tocando maracas. Detrás de ellos hay dos personajes de talla similar sentados al lado del trono, también sosteniendo instrumentos. En el centro de la balsa está el zipa, y aunque toda la Balsa es creada expertamente, este personaje es lo más grande y grandioso. Él es lo más adornado, con una corona decorada con platos y anillos, y un trono alto y lleno de diseños. Si la talla corresponde a rango en la jerarquía, es perfectamente claro quién era el jefe. Es sumamente increíble que los muiscas pudieran lograr este nivel de detalles sin herramientas como lupas. Ciertamente, los muiscas eran expertos en la orfebrería y la Balsa es una de las obras más impresionantes.

          No es sorprendente que la leyenda de El Dorado, la elusiva ciudad de oro, naciera cuando los conquistadores vieron las creaciones de esta civilización. Había tantos artefactos culturales para mirar, pero desafortunadamente el deseo de los conquistadores por el oro, que simbolizaba la riqueza y el poder, los cegó ante la belleza de lo que ellos habían encontrado. La apetencia de los conquistadores era extranjera para los muiscas, quienes jamás hubieran considerado el oro como algo a buscar. De hecho, en la cultura muisca, el oro no era usado como dinero; era solo un medio para expresar el arte. Había una diferencia completa entre las dos culturas.

          Hoy en día, el población del pueblo muisca ha disminuido, pero ellos siguen sobreviviendo. Además de los grupos que todavía están viviendo en Colombia, obras de arte magníficas como esta, y la cultura muisca contenida en ellas, finalmente están siendo estimadas como deberían. De esa manera, la artesanía y habilidades de los artistas antiguos permanecen. 

          Actualmente, la Balsa Muisca reside en el Museo del Oro en Bogotá, Colombia.

 

Fuentes:

https://www.ancient.eu/Muisca_Civilization/

https://www.banrepcultural.org/coleccion-arqueologica/balsa-muisca

https://www.ecured.cu/Muiscas_(etnia)#:~:text=La%20cultura%20muisca%20o%20cultura,Colombia)%20entre%20el%20600%20a.&text=Cultura%20muisca%20se%20refiere%20a,que%20formaban%20la%20confederaci%C3%B3n%20muisca.