Más valeroso que oro o plata, los textiles, tejidos complejos hecho a mano fueron el pináculo de tesoros Inca. El Unku era una prenda que representaba estatus y riqueza. Llevar unas de estas túnicas bellas era algo de suma prestigio. Tejido con algodón y la mejor lana de alpaca, el unku es tan suave como un pétalo de rosa, pero no tan delicado, ya que todavía tenemos algunos unkus conservados hasta hoy. Los diseños geométricos o tocapu son hechos de materiales raros como lana de vicuña, un animal similar al alpaca. Igual que su material, los diseños son muy especiales. Las filas de tocapu simbolizaron familia, prestigio, cosmología, y identidad etnico del portador por quien el unku ha sido tejido. En este unku, los disenos geometricas ocupan quatro filas en medio del tejido, hecho de fibros en colores que coinciden con gemas de cada color: azul zafiro, rojo granate, verde esmeralda, amarillo ámbar, y blanco que en un tiempo antiguo, antes de que se volvio deslucido, coincidio con el color de un diamante brillante. La producción de unkus como esta fue regulada estrictamente por el gobierno Inca para estandarizar los símbolos y apariencia de estas prendas invaluables.
Este unku en particular tiene una base de color ciruela oscuro, adornado con glifos espaciados uniformemente. Los glifos, siete en cada fila, representan plantas, animales y otras imágenes importantes para el noble para quien se hizo la prenda. El tapiz se extiende hasta aproximadamente 5 pies de largo, una indicación de la altura de su antiguo dueño. En la parte superior, un triángulo rojo cereza delimita el yugo de la túnica. Incluir este triángulo era una práctica estándar de los ‘aclla’, los tejedores especializados del imperio inca. El triángulo rojo tiene un borde ‘escalonado’ que un espectador del siglo XXI podría incluso describir como pixelado. Este borde se compone de 4 filas de cuadrados. Desde el interior al exterior, las filas diagonales son ciruela, turquesa, rojo y amarillo, respectivamente. Dentro del gran triángulo rojo hay dos animales, delicadamente tejidos con fibras amarillas, negras y azules. Estas dos criaturas parecidas a tigres son imágenes de espejo, mirándose entre sí con gruñidos amenazadores. Después de muchos años sin ser atendido, el unka está en una forma impresionante. Los colores todavía son brillantes, aunque las fibras están envejecidas, y la túnica todavía está en una sola pieza, aunque un poco rota y rasgada.
La evidencia más notable de la edad del unku es una simple rasgadura en línea recta en el medio del triángulo rojo. El desgarro parece indicar el punto más vulnerable de la prenda: La parte que se sentaría en la nuca del usuario, apretada contra el frío, sostenida firmemente en su lugar por manos nobles, tirado suavemente cada vez que el unku había sido envuelto alrededor de los hombros incas. Algunos pueden argumentar que es una pena que el unku esté rasgado como está, pero, en realidad, el defecto es bastante hermoso. Nos da una idea de la vida de esta túnica. Revela que el unku es más que un simple tejido en un museo. Una vez fue más valioso que el oro. Es una obra de arte viviente, símbolo de una civilización próspera.
Fuentes:
Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. UNSAAC
https://artsandculture.google.com/asset/_/VgGiQZLfKjDTJA